Desde la llegada del Covid-19, se han incrementado el número de personas que necesitan terapia psicológica, la salud mental de los españoles se ha visto gravemente afectada y desde Avoces os contamos nuestra experiencia y las soluciones que buscamos ante esta situación.
Por Guillermo Robles.
Desde la llegada del Covid-19 en 2020 por España, este virus trajo una de las situaciones más complicadas que ha vivido la sociedad actual, el confinamiento causado por la pandemia trajo una crisis que afecto en todos los aspectos, sociales, económicos y, por supuesto, sanitarios.
En el mundo de la salud, la pandemia ha desencadenado un impacto nunca antes visto para la sociedad, pues llegó el uso de medidas preventivas nunca antes implementadas como el uso de mascarillas, gel hidro-alcohólico y toques de queda, pero por encima de todas estas medidas, la que más impacto ha tenido y ha sido más controvertida, ha sido el confinamiento. La medida de cerrar a toda la ciudadanía en sus propios domicilios es la que más impacto ha tenido en la salud mental, visibilizando la poca importancia que ha tenido hasta hoy día.
Es posible que esta medida se percibiese como que el gobierno estaba considerando todas las opciones viables y esto tuviera un efecto en la tranquilidad de la población, al menos en momentos iniciales. Sin embargo, a medida que el estado de alarma se prolongaba, el descontento iba acrecentándose en la población, pese a percibir tanto demasiado dura como insuficiente la respuesta del gobierno, según un estudio de Covidistress II de 2020, la ausencia de medidas se asociaba a mayores niveles de ansiedad y depresión. Es entonces cuando aparecen la depresión, la ansiedad o trastornos de personalidad o alimentarios, se podría decir que la salud mental es la otra pandemia que llegó a consecuencia del Covid-19. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 10% y un 20% de los adolescentes europeos padecen algún problema de salud mental o de comportamiento.
Particularmente, en Avoces, hemos vivido una situación excepcionalmente más dura y complicada con la medida del confinamiento; muchos de nuestros proyectos incluyen a personas con diversidad funcional y personas con enfermedades neurodegenerativas, el desarrollo de nuestra organización con todos ellos se vio comprometido con la llegada del confinamiento en nuestros hogares.
Todas nuestras actividades dependen intrínsecamente de un componente de presencialidad, con la cual poder desarrollar habilidades con el contacto directo como el compañerismo, el trabajo en equipo, la armonía, la sincronización y la amistad; en definitiva, el sentimiento de unidad que solamente se consigue compartiendo y trabajando en un mismo proyecto físicamente. Por supuesto, nuestras actividades están enfocadas en todo lo mencionado anteriormente, pero no olvidemos todo lo que generan las actividades relacionadas con el trabajo en equipo y la música, el ocio y la diversión. Con el confinamiento nuestras actividades dedicadas al ocio como Rocking It o el Coro Avoces tuvieron que pararse completamente, al igual que Coro Alma y Adanza (dos actividades especializadas para personas con diversidad funcional). Sin embargo, tras la vuelta de la pandemia tanto nosotros como nuestros alumnos estamos encantados de poder volver a reanudar estas actividades, y es que en estas actividades es donde podemos desarrollarnos, entretenernos, aprender y cuidarnos. ¡En definitiva, vivir la vida con música y alegría!